Última Esperanza, de Alicia Salinas, EUTOPIA ediciones Ltda.

Última
Esperanza hace un recorrido por las vivencias que ha tenido la autora, a través
de diferentes poemas. A través de sus
versos nos invita a reflexionar sobre lo que ocurre en las calles de Santiago,
un paseo que nos cautiva a través de la poesía, con amor, tristezas,
resiliencia y esperanza
¿Qué hace un niño en la calle?
Transita con la procesión bajo la piel
No va a la escuela
No se sienta con sus queridos alrededor de una mesa
Ni conversa descaradamente lo que se le venga en ganas
Un niño de la calle no tiene mesa
Ni escuela ni casa
La vida se le escapa a prisa
En este libro nos enseña a contemplar el mosaico de la vida que transita desde el blanco al negro, viviendo y aprendiendo de los distintos tonos y colores.
Alicia nos entrega un regalo:
Te envío un abrazo,
De esos que no caben
Ni en tu edificio ni en el mío
Quizás uno ínfimo
Como el sonido del agua en la tierra
Cayendo suave
Y distante
O una flor inexistente
De perfume sublime
A través de sus páginas nos hace danzar con sus experiencias y nos estremece con sus escritos.
Cuando la luz llega, nos deja sin aliento. Es desde ahí de donde nos escribe Alicia. Desde su oficio, desde su sensualidad y nos acaricia con sus sonetos. Nos dice:
Y yo fíjese
Vengo hablando desde el sur
El primer recuerdo,
Un terremoto
O el trayecto en tren
Que es desde donde escribo...
... acá, nadie coloca pétalos como tú
Cerca de los labios y en las junturas voluptuosas de las piernas
Nadie recorre los cuerpos que ama
¿y el mar?
Nadie se lanza sobre él porque no lo hay
Y porque nadie tiene el tiempo
Para colocar un verso en plena boca y luego
Susurrarlo desprevenido.
Es que me limito a cerrar los ojos
E imaginar tus brazos pasando
Desde mi cintura hasta los hombros
Y tu boca en mi oído explicando,
Un sinfín de razones
Que tenemos para volver al sur,
Con una mano adelante y otra además.
En el contexto de su vida fuera del país, Alicia nos comparte, a través de la poesía, como vivió su exilio y la época en otros tiempos.
Háblame de flores
Rogaste
Y yo,
Pétalo a espina
Te conté mi historia
Ella nos revela como ama la mujer, con pasión y entrega. Finalmente, nos dice que ella es vida, y eso añora por mucho tiempo más. La muerte solo llega con el olvido, sin embargo Última Esperanza nos enseña a no olvidar, por tanto, este libro se constituye en RECUERDO y MEMORIA.
Elijo culminar con versos dedicados
al lugar que me habita
Donde llueve y hace calor y tiembla y hace frío
Donde llueve con razón y sin ella
Donde canta el último pájaro en su nido
Donde exterminio y destrucción son palabras que modulan
Donde queda tan poco y a pesar, huele a fruta fresca,
A sexo fresco,
A viento fresco,
A cálido cuerpo.
Y lo prefiero por la estrofa libre, su trayecto libre
Y mi tímido impulso
Lo escojo
Por este intento de pureza que me embarga.
Y porque además fue escrito,
Arriba de un bus, debajo del puente,
Lejos de Dios, en plena ciudad,
A campo traviesa
Y leído
Bajo el último árbol
Que se salvó de la tala.
En este libro la creación fluye, y se siente como brota la genialidad de ese duende que la inspira.
Sebastián Figueroa.
Profesor de Química.